Montevideo, 11 de diciembre de 2007. -
Día del Nacimiento de JULIO DE CARO. -
Ya en otra oportunidad dije que sólo contesto cosas serias, y no afirmaciones propias de las “barras bravas” del fútbol, intolerables en quienes pretenden descubrir verdades. -
Es una lástima que el Sr. Espina ignore “los méritos literarios del Sr.PG”. Pienso que se refiere al Doctor Eduardo Paysée González, Doctor en Derecho y Ciencias Sociales según título expedido por la Universidad de la República, y Miembro Honorario de la Legión de Honor de México, Socio Honorario de la Academia del Tango de la R.O.del Uruguay y de Joventango, que estos días ha recibido el Premio “Carlos Gardel”. Autor entre otros del libro “Páginas abiertas”, de 570 páginas, escrito en el exilio, lo más completo sobre Gardel. Y aunque esto no interesa al caso, uno de los fundadores del Frente Amplio que hoy gobierna el país. No es un “Señor”, sino por cierto un “DOCTOR”, un investigador y escritor notable, a punto de cumplir 80 años de edad, aún en ejercicio activo de su profesión, por lo que pienso es el decano de todos los abogados, entre los que me encuentro. -
Yo no “comando” ninguna institución como dice el Sr. Espina, porque “comandar” según el diccionario de la lengua, es “mandar un ejército, una plaza, un destacamento, una flota, etc".- Sino que sólo presido la Comisión Directiva de la Academia del Tango de la R.O. del Uruguay, que como toda institución democrática, se rige por sus estatutos, de los que surge que quien ejerce la “dirección y administración de la asociación” es la Comisión Directiva, de la que soy un miembro igual que todos los demás. Y donde todas las cosas se resuelven por mayoría, sin perjuicio por cierto de las facultades de la Asamblea General.-
Tampoco creo que las diferencias entre diversas tesis sobre el nacimiento de Gardel sea un “combate” esto es “pelea, batalla entre personas o animales”. Entre personas civilizadas, son intercambio de ideas, opiniones, ciertas o equivocadas, libremente expresadas. -
Ahora bien, como esta carta la escribo un 11 de diciembre, no puedo dejar de recordar que hoy en Argentina, se conmemora el “Día del Tango”, instituído a instancias del Sr. Ben Molar, primero para Buenos Aires y luego para toda la República Argentina. -
Y Ben Molar eligió esa fecha, por advertir que la misma, casualmente, coincide según él lo advirtió, con el nacimiento de Carlos Gardel y también de JULIO DE CARO. Director, compositor, arreglista, y violinista argentino, nacido el 22 de diciembre de 1899 y fallecido el 11 de marzo de 1980, que ocupa un lugar destacadísimo en la Historia del Tango. Marcando una época y un estilo propio y renovador. -
Y es justamente a este último y su opinión sobre el nacimiento de Gardel, a lo que quiero referirme. En efecto, en la página 426 del libro “Páginas abiertas”, del Doctor Paysée González, Julio De Caro, manifestó que “Carlos Gardel es URUGUAYO, y su nacimiento real está rodeado de un verdadero misterio, pero al igual que muchos rendían un culto al misterio referido”. (mayúsculas en el original). -
Transcribe luego palabras textuales del Dr. Pedro Baldasarre, en carta recibida, donde en síntesis dice que: “sabemos por nuestros padres que Gardel es Uruguayo” y que lo llena de orgullo “poder hacer algún día, que el mundo se entere que Gardel sea uruguayo y no francés, y esto por estar hermanados, en un todo, nuestros respectivos países. Hermanos en sangre y en todo”. -
Y luego, como final, dice por su parte: “ y como epílogo agrego que yo también pienso que Carlos Gardel es URUGUAYO” (también en mayúsculas en el original, pero el subrayado me pertenece). -
¿La lectura de esta carta, le producirá al Sr. Espina Rawson “un rato de sano esparcimiento y buen humor”? , ¿“Un efecto humorístico irresistible? . ¿Incluye a Julio De Caro entre las “desprejuiciadas personas que han dedicado sus vidas a denigrar a Gardel y a su madre, sin arte ni gracia”?
Todo esto lo dice el Sr. Espina Rawson, en alusión al Doctor Eduardo Paysée González, y algunos otros que pensamos como él, no sólo uruguayos, sino también cada vez más argentinos y de otras nacionalidades .-
¿No ha advertido acaso el Sr. Espina que sus alusiones también son para el eminente JULIO DE CARO ? Que, de conocerlas, se estará revolcando en su tumba, perdiendo la PAZ, muy bien ganada en su vida. -
En cuanto a la falta de respuesta a una nota del Sr. Espina Rawson, no la contestamos y tampoco acusamos recibo, porque no perdemos el tiempo en cosas que no son serias, y porque esa carta era como una especie de “interrogatorio”, tipo policial, para lo cual el Sr. Espina no creemos esté habilitado. -
Para terminar, reafirmo sí que el Sr. Espina Rawson no ha demostrado interés alguno en solicitar exámen de ADN, a los restos de Gardel y sus posibles progenitores. Seguramente no teniendo confianza alguna en los resultados. Es él quien debe promover ante la Justicia Argentina esos exámenes, a los que no nos oponemos, antes bien hemos de adherirnos a ellos, siempre y cuando se realicen con garantías totales para ambas tesis sobre el nacimiento del Mago. Que la solicitud no sea tendenciosa, y que en lugar de buscar un rechazo, fundamente sobre la utilidad de practicar análisis de ADN. –
Señor Espina: No se puede decir a la Justicia que todo está resuelto, y luego hacer un pedido para resolverlo.- Y eso es lo que hizo en su solicitud el C.E.G. que Ud. Preside. -
Haga una nueva solicitud en forma correcta y tendrá nuestro apoyo. Lo solicitaron desde la otra orilla, y desde esta les dijimos que estábamos de acuerdo. Pero después se olvidaron del tema. Por algo será. -
El que esto escribe ya en el año 2003 se pronunció favorablemente al estudio científico, y no ha cambiado de opinión.-
Dr. NELSON SICA DELL´ ISOLA
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RESPUESTA DE ENRIQUE ESPINA RAWSON AL DR. NELSON SICA
Buenos Aires, diciembre 8 de 2007
¡Qué sorpresa! He aquí al Sr. Sica, a quien suponíamos desaparecido en combate, o formando parte de esa realidad virtual en la que se agitan los gardelistas tacuaremboenses.
Hace más de un año mandamos una nota a la denominada Academia del Tango que comanda, planteando algunas cuestiones tales como si existía alguna evidencia de la estadía de doña Berta en el Uruguay, o si tenían conocimiento de algún registro de entrada o salida oficial del país de la señora Gardes, o en fin, cualquier cosa que se le parezca. No fuimos acreedores a una respuesta, ni siquiera a un mero acuse de recibo. Pero bueno, apareció y eso es lo importante. Y lo ha hecho para brindarnos un rato de sano esparcimiento y buen humor. Nos entrega una especie de nota social, glosando la importante reunión llevada a cabo, nada menos que en el mismísimo escritorio del Sr. Paysée González, quien los recibió personalmente.
Releo continuamente la nota enviada por el Sr. Sica. Es envidiable como recrea el ambiente. Casi veo el despacho del Sr. Paysée, y lo imagino casi como el del Sr. Bonavena, de Ezpeleta, Pcia. de Buenos Aires, tan admirado por Borges. La atmósfera umbría, los severos estantes, la lupa al lado del Quijote de bronce con base de ónix y la gastada agenda de plástico símil cuero, perfumado por un no del todo desagradable aroma amargo mezcla de humo de tabaco negro y mate con yuyos digestivos, sin que falte la airosa presencia femenina, representada en esta solemne ocasión por la meritoria Sra. Iñiguez.
¿ Puede concebirse algo más divertido que esa cumbre de notables decidiendo seriamente “aceptar la jurisdicción argentina” para el hipotético ADN de Gardel y su madre. ¿ Qué otra jurisdicción podría haber, y quienes creen ser para aceptar o no lo que determine la justicia argentina? La sola enunciación, unida al tono solemne y pomposo de la nota, produce un efecto humorístico irresistible.
¿ Y qué decir de la teoría del veterinario Dr. Bieler que sostiene que el cadáver de Gardel fue cambiado? ¿ Cambiado? ¿ Quién y para que alguien haría eso en el año 36? Y si lo hubieran hecho, ¿ por qué deberían alarmarse estos involuntarios humoristas? Por el contrario, jamás podría el ADN de un extraño coincidir con el doña Berta, lo que, en definitiva, les vendría como anillo al dedo a sus “teorías”.
Y el extraordinario pasaje en el que se alega no haber apoyado el pedido de comparación de ADN de Gardel y su madre hecho por el CEG por falta de una ratificación expresa. Solamente estos personajes pueden suponer- o fingirlo- que una invitación hecha en pleno Congreso, filmada y grabada, escuchada por todos los asistentes y reiterada infinidad de veces en charlas y mails necesita ser certificada por un escribano, o vaya a saber uno por quien.
Indudablemente, pocas ganas había de que se hiciera ningún análisis, ni de acompañar gestión alguna.
Para rematar, este señor P. González afirma que el escrito para solicitar el ADN de CG fue mal hecho a propósito, para lograr así que la justicia deniegue el pedido.
Bueno, puede ser...Pero mejor así, ya que ahora tienen una extraordinaria oportunidad : ¿qué les impide a estos campeones de la verdad y la moral formular un nuevo pedido, esta vez bien hecho? Pídanlo desde la justicia uruguaya, si les parece mejor, pero hagan algo de una buena vez. Hace mil años que están cacareando sobre estas cosas, criticando lo que hacen los demás, pero, fuera de autoelogiarse no producen hechos de ninguna índole. Y es una lástima, porque seguramente cuando se conozcan las pruebas que poseen, unidas a la claridad conceptual y de estilo que los caracteriza, la justicia no podrá menos que acceder a la solicitud.
Desde ya, y sin ser un profeta, anticipo que no van a hacer absolutamente nada.
Ignoro los eventuales méritos literarios del Sr. PG, y no es tema de mi incumbencia.
Tengo ante mi vista una fotografía del 17 de agosto de 1935 tomada en el puerto de Montevideo. En ella se ve una comisión de damas uruguayas entregando una placa de homenaje a doña Berta Gardes, y de esta imagen se desprende una indescriptible emoción. Este sentimiento, desde ya, es absolutamente ajeno a las desprejuiciadas personas que han dedicado sus vidas a denigrar a Gardel y a su madre, sin arte ni gracia. No puedo menos que preguntarme que sentirían esas distinguidas señoras si hubieran llegado a sospechar que esta misma Marie-Berthe Gardes, esta doña Berta tan querida por todos quienes la conocieron y adorada por su hijo Carlos Gardel y a quien ellas homenajeaban con lágrimas en los ojos, iba a recibir, años después, las afrentas de un grupo de sus connacionales, encabezados por este señor PG, a quien hoy homenajean sus compañeros de ruta.
Enrique Espina Rawson
Presidente del Centro de Estudios Gardelianos