La historia de Carlos Gardel, hasta no
hace mucho considerada como “oficial”, contada en obras extensamente
difundidas, algunas mas serias que otras, toma como punto de partida la famosa
“topada” con Razzano en lo de Gigena allá por el año 19
Las razones son diversas, pero de entre ellas, además del permanente
misterio al que Gardel supo rendir culto,
adquiere predominancia la confusión generada por quienes, luego de su muerte se aprovecharon
del oculto drama de su origen y pretendieron confundir la identidad del cantor
con la del hijo biológico de la mujer que fue encargada de su cuidado a muy
temprana edad, de modo tal que todos sus bienes y derechos autorales pasaran
sucesivamente a manos de allegados.
Indagar en la infancia y adolescencia de El Zorzal, conduce
inexorablemente a descartar la tesis del Gardel francés, supuesto básico para
sostener el engaño mencionado, como lo han demostrado magistralmente
investigadores de la talla del Arq. Nelson Bayardo y del Dr. Eduardo Paysse
González en el Uruguay, guiados por las investigaciones pioneras que desde el
diario El País de Montevideo iniciara
Erasmo Silva Cabrera (“Avlis”) gracias a las pistas proporcionadas por el
músico Carlos Warren.
A igual conclusión llega el poeta y hombre de tango argentino,
Ricardo Ostuni en su obra Repatriación de
Gardel, aunque no adhiere a la tesis del “tacuaremboense inmortal” hijo del
Coronel Carlos Escayola y de María Lelia Oliva.
Como un aporte al conocimiento de ese período de la vida de
Gardel, soslayado por la perversa “historia oficial”, es que incluimos algunas
referencias acerca de su pasaje y estadías en Tacuarembó y Montevideo.
Nuestro personaje, nació, según las referencias consignadas por
los investigadores uruguayos mencionados, de una unión adulterina en el seno de
la familia del Jefe Político de Tacuarembó a comienzos de la década de 1880
(seguramente entre 1882 y 1885). Las características de dicho nacimiento
hicieron que el niño fuera retirado del seno de aquella familia y entregado al
cuidado de una joven francesa, Berthe Gardes, vinculada sentimentalmente a
Escayola y mantenida por éste. Dicha joven dejó Tacuarembó embarazada de un tal
Romualdo, hijo de un influyente estanciero de la zona, ante la posibilidad que
el niño que llevaba en su seno le fuera sustraído por la familia paterna. La
circunstancia fue aprovechada por el Coronel para entregarle a quien ya era
conocido como el “guachito de Escayola” y cuya presencia significaba un
permanente revivir del sórdido episodio, con el fin de trasladarlo lejos de
esos pagos. Se supone que el niño tendría por entonces seis o siete años y
habría estado hasta entonces al cuidado de personas de confianza de Escayola
como la peona de la estancia Santa Blanca, Manuela Casco, donde Carlitos habría
nacido y de la propia Berthe Gardes.
Sería entonces el año de 1890 el que consigna la llegada del
futuro cantor a nuestra ciudad de Montevideo. En ella
quedó, al cuidado de otra francesa amiga de Berthe, Anais Beaux y también de
María Escayola “
No
es posible saber a ciencia cierta cual era el apelativo del niño en ese
entonces pero las investigaciones realizadas indican que habría concurrido a
una escuela del barrio sur en la calle Durazno y Médanos bajo el nombre de José
Oliva y con la tutela del militar Pedro Oliva, pariente de su madre.
El regreso de Berthe desde Francia se produjo en marzo de 1893, en
compañía de su hijo biológico Charles Romuald y su destino fue Buenos Aires.
Hasta allí llegó el Dr. Mateo Parisí, yerno del Coronel Escayola con el
cometido de inducir a la francesa mediante una abultada suma de dinero a
retomar el cuidado de Carlitos. Ese mismo año y en abril, el niño deja de
concurrir a la mencionada escuela de Durazno y Médanos.
En una de sus estadías en Montevideo ya en 1930 o 31, donde Gardel
actuaba como fin de fiesta de las actuaciones de la compañía teatral de
Morganti, estando con su peña de amigos en el Tupí, a instancias suyas salieron
a dar un paseo por el barrio Sur. Según contó el Dr. Cesar L. Gallardo, padre
del también cronista deportivo Juan Gallardo, Gardel le confesó haber ido a una
“escuelita de por acá” que no pudieron ubicar y que ese barrio le traía muchos
recuerdos.
Sin duda ese barrio dejó en el cantor imborrables recuerdos. Tal
vez su mejor homenaje fue su magistral interpretación del tango de los autores uruguayos Román
Machado y Arturo Senez “Isla de Flores”. Su “Isla de Flores, tan angostita, mi callecita costa del mar”. La
callecita de sus “primeros principios”
Ya en Buenos Aires y al “cuidado” de Berthe, Carlitos vagabundea
por el barrio del Abasto y lleva una vida de abandono , carente de cariño
familiar. Son numerosas las referencias acerca de sus permanentes escapadas del control de
Berthe y de su forma de vida ,cayendo con frecuencia en actos delictivos de
escasa entidad. Esa situación de semi abandono se sucede hasta que en 1898 se
escapa al Uruguay, seguramente en busca de la ayuda o el reconocimiento de su
familia biológica.
Su estadía en Uruguay entre esa fecha y 1901 transcurre entre
Montevideo y Tacuarembó donde lo mas significativo para su futuro artístico son
las clases de canto que recibe de Luis Villarrubí, antecesor de la familia de
fabricantes de calzado de larga fama, que hasta no hace muchos años aun
contaban con su comercio en las cercanías de
Dice “Avlis” en su obra Carlos
Gardel. El hombre y su muerte, que en el año 1899 “tendría habitación en la calle Cerro (hoy Bartolomé Mitre) Nº 23 donde
vivía su tía Elodina (Escayola) con
una de sus hijas, Bonifacia. Y a la muerte de aquella iría a la casa heredada
por otras dos hijas de Elodina de nombres Manuela y Amanda, en Tambores del
lado de Paysandú”. La madre de Irineo Leguisamo, le relató a “Avlis” que
por ese entonces Carlitos comenzó su trayectoria en el canto folklórico,
haciendo dúo con un joven peluquero llamado Claudio González y ya se le conocía
por el mote de “El Zorzalito”.
Nos cuenta “Avlis” que “ En 1901 Gardel se encuentra en la villa
de Tacuarembó, habiendo conseguido trabajar como ayudante de cocina en el Hotel
Español (Fonda Gaye) donde se hospedaba Luis Villarrubí, maestro de canto y uno
de los fundadores de
A principios de 1901 regresa a Buenos Aires y reanuda sus relaciones
con la familia Traverso, dueños del café O’Rondeman del Abasto. Canta en
comités políticos y es conocido con el apodo de “El Melenas”. Uno de los hermanos Traverso, José, apodado “Cielito”a fines de ese año mata de una puñalada a Juan Carlos “Vidalita” Argerich hijo de un ilustre médico argentino y es
enviado a prisión. Tiempo después Traverso es liberado a cambio del destierro.
Gardel allana el camino llevándolo a Tambores, donde Traverso entabla
relaciones con Amanda, la prima de
Carlitos, con quién vivirá en concubinato por varios años, hasta su muerte.
En noviembre de
1906 según “Avlis” o febrero de 1907 según Paysse González o 1908 según
Bayardo, se le volvería a encontrar en el Uruguay habitando un conventillo de
la calle Daymán 299 (hoy Julio Herrera y Obes 1071)en una pieza cercana a la
única canilla disponible, lo que le valió el mote transitorio de “el morocho de
la canilla”. Por esa época trabajó de electricista en el edificio que en
En el bajo del
barrio Sur en un bar de Camacuá y Brecha
se produce un hecho que lleva al parroquiano Alfonso Scarcela a hacer
una denuncia policial contra “un tal Carlitos”. Pero no se le puede localizar
porque huye según contó Tomasa Leguisamo, a sus pagos de Tacuarembó donde se lo
encontrará cantando en el café de Correa. Durante esa estadía habría conseguido
recomendaciones de su familia para lograr ocupación en Montevideo suponiendo
que ya le habrían perdido la pista, pero se equivocó. Al regresar fue
detenido y estuvo unos días recluido en
la cárcel de Miguelete.
Relata “Avlis” que a comienzos de 1910, Gardel se ve envuelto
nuevamente en problemas y huye, pero los funcionarios policiales saben donde
encontrarlo y elevan desde el Juzgado 3º un oficio a
Ya a mediados de 1910 retoma contacto con Berthe y de ahí en
adelante su vida parece encauzarse. El conocimiento y amistad con Razzano son
tal vez dos factores importantes para Carlos en lo que se refiere al desarrollo
de su carrera artística y de su propia
vida personal
El año de 1915 es sin duda un año de singular importancia en la
vida de Gardel. En el mes de abril muere en Montevideo su padre, el Coronel Carlos Escayola a la edad de 69
años. Durante sus últimos años había perdido gran parte de su fortuna y vivía
modestamente en una casa de la calle Yaro 1142, con sus hijos menores y tal vez
con quien fuera su última compañera, la cantante Pilar Madorell.
Dos meses después en el mes de junio, Carlos Gardel hace su debut
oficial en Montevideo como integrante del dúo Gardel – Razzano en el Teatro
Royal del empresario Visconti Romano, que estaba situado en la calle Bartolomé
Mitre y Reconquista, al lado del lugar en que mas tarde estuviera el Cine Hindú
y en el predio donde funcionó la boite Embassy.
Pero también 1915 marca un insuceso que pudo habernos privado del
disfrute de escuchar a Gardel. En un confuso incidente, a la salida del Palais
de Glace, famoso lugar de baile bonaerense, El Mago es herido de un balazo en
el costado izquierdo de su pecho. La bala alojada en el pulmón nunca le fue
extraída por el riesgo que significaba la operación, según los facultativos que
lo atendieron en el Hospital Ramos Mejía de Buenos Aires. Una vez dado de alta,
se le reconoce durante el período de convalecencia cerca Valle Edén en la
estancia de Don Pedro Etchegaray, en el paraje “Los chapadones”. Tal vez haya sido un viaje para convalecer en
un ambiente tranquillo y cerca de algún familiar pero también pudo significar
“la salida de circulación” por un tiempo de los ambientes del hampa de Buenos
Aires. Sus relaciones con
Las características de los personajes referidos y su vida entre dos siglos están magistralmente descritos en la novela Frontera Sur del argentino Horacio Vázquez Rial
Nos cuenta el arquitecto Bayardo en su obra “Vida y milagros de Carlos Gardel ”que en 1916, ya repuesto de su herida viene a Montevideo donde tiene una barra de amigos con los que se reúne en veladas nocturnas en los ranchos del Buceo y de Malvín. Asiste a los combates de su amigo el boxeador Angelito Rodríguez y a las riñas de gallos en el reñidero que hasta no hace mucho existía en General Flores y Larrañaga Se alojaba en el Hotel Cervantes o en el Lanata y comía en Morini o Stradella. Ese año actúo en el “Politeama”.
El dúo Gardel - Razzano se consolidó artísticamente a partir de su
debut en el cabaret “Armenonville” a fines de 1913. El año siguiente tal vez
sea el de su consolidación en los teatros bonaerenses y de provincia. El 9 de abril de 1917, “Cantar Eterno” de Angel Villoldo marca el inicio de sus grabaciones
con el sello Odeon. Las mismas se extenderán para Razzano, hasta setiembre de
1925. Gardel en cambio seguirá grabando para dicho sello hasta su partida de
estas latitudes en octubre de 1933
Ya nos hemos referido al debut
del dúo en Montevideo en junio de 1915.
Gardel volvió innumerables veces a su patria natal entre esa fecha y la
referida del año 33. La mayoría de ellas para cumplir contratos artísticos. La
siguiente es una enumeración que creemos completa de estos eventos,
confeccionada con la ayuda de la obra del argentino Miguel Angel Morena: “Historia Artística de Carlos Gardel”.
1916 (enero).- Actuaciones del dúo en el Parque Central y en el Politeama, junto
con la compañía teatral de Elías Alippi, que ponía en escena la obra “Juan
Moreira” y “Calandria”.
1917 (enero y febrero). Debut del dúo en el Urquiza junto a la
compañía de zarzuelas Rogelio Juárez, Lola Membrives e Ignacio León.-
1918.- (enero). Ciclo del dúo en el teatro Dieciocho de Julio y una actuación en
el Parque Hotel. El día diez aprovechan la “bolada” para presenciar el combate
entre Angelito Rodríguez y Luis Angel Firpo. A fin de mes y a principios de
febrero realizan una gira por el interior del Uruguay presentándose en las localidades
de Minas (Teatro Escudero y Cine Ideal) y en el Café “
1919.- (febrero). El dúo comparte actuaciones en el Teatro Catalunya con los
parodistas Negri- Appiani
1921.- (enero). Actuaciones en el Artigas donde Gardel estrena el tango
Milonguita con un éxito fenomenal.
1923.- (octubre y noviembre).Presentaciones del dúo en
el Teatro Dieciocho de Julio junto a la compañía de comedias de Matilde Rivera
y Enrique De Rosas.
La presencia artística de Gardel en Uruguay se interrumpe hasta
1929. Ya su fama como cantor de tangos está consolidada. Quedaron atrás las
actuaciones con Razzano, quien afectado de una dolencia vocal debió retirarse a
fines del año 1925. Gardel es conocido en todo el mundo. Ya ha actuado en
Europa y grabado en Barcelona y en París extensas series de obras, algunas de
las cuales constituyen clásicos incorporados a nuestro acervo cultural . Siga
el corso, Mano a mano, La cumparsita, Dandy, Esta noche me emborracho, Che papusa
oí, Adiós muchachos, Chorra, Alma en pena, Te aconsejo que me olvides, El
carretero, Bandoneón arrabalero y Senda florida, son sólo unos pocos ejemplos
de las mas de 80 obras que Gardel grabó para Odeon en Europa entre los años 28
y 29.
1929.- (setiembre y
octubre). Entre los días 17 y 30
cumple una serie de actuaciones en el Teatro Dieciocho de Julio y entre los
días 5 y 7 de octubre se presenta en los Cines Apolo y Metropol y en el Teatro
Artigas.
1930.- (julio y agosto). Se presenta en el
Teatro Artigas como fin de fiesta de las actuaciones de la compañía
Morganti – Pomar. Durante ese período se desarrolla en Montevideo el
primer Campeonato Mundial de Fútbol y Gardel no permanece ajeno a ello. Son
conocidos los registros gráficos de su presencia en el Parque Central y sus
visitas a las concentraciones de los uruguayos y de los argentinos. También es
sabido que el triunfo celeste y las consecuencias del mismo en las relaciones
entre ambos países del Plata le ocasionaron complicaciones al cantor en Buenos
Aires por su condición de uruguayo.
1933.- (setiembre y octubre). El 29 de setiembre se
presenta con sus cuatro guitarristas en el Dieciocho de Julio. El 5 de octubre
canta en una fiesta privada en la residencia del Presidente Terra y según versiones
fidedignas, habría mantenido una conversación privada con aquél. Mas tarde
Terra habría dicho: “ Gardel me contó su
historia. Yo hice como que no la conocía”. Sus amigos uruguayos opuestos al
régimen de Terra no vieron con buenos ojos su actuación en esta fiesta. Tal vez
Gardel haya tenido sus razones para contarle su historia al Presidente.
Historia que la mayoría de los integrantes de su “barra” no tenía por qué
conocer. A los pocos días de la muerte de Gardel, el 27 de junio de 1935, el
diario “El Pueblo”, órgano oficial del gobierno uruguayo, anunciaba su
repatriación, hecho que le fuera denegado por su apoderado en argentina.
Al día siguiente
de la velada en la residencia presidencial, el 6 de octubre entre las 5 y 6 de
la tarde, realiza su única actuación en una radio uruguaya. El honor le cupo a
CX 16 Radio Carve. Al otro día actúa para los viejitos del Fermín Ferreira
desechando una invitación para cantar en el aristocrático Club Uruguay.
Retorna por pocos
días a Buenos Aires y vuelve al Uruguay donde actúa en el Cine Ariel de Salto
los días 23 y 24 de octubre. Se hospeda en el Gran Hotel Concordia de Irigoyen
y Castro Hnos. en la calle Uruguay al 700 de la capital salteña junto a sus
guitarristas Barbieri y Pettorosi. El 25 se presenta en el Florencio Sánchez de
Paysandú y se hospeda en el Hotel Nuevo; el 26 y 27 actúa en el Politeama Colón de Mercedes, alojándose
en el Nuevo Hotel Comercio y el 28 y 29 se `presenta en el Teatro Maccio de la
ciudad de San José y se hospeda en el hotel de Pedro Bruccoleri. La relación de
Gardel con San José estuvo reforzada por su relación con ilustres maragatos.
Fue notoria su amistad con Francisco Canaro , y a Humberto Giampietro y Diego
Larriera les grabó el tango “Yo también
como tú”. Diego Larriera, pianista, era hermano de Consuelo Larriera que en
1887 contrajo matrimonio con Tertuliano Netto Escayola, hijo de Elodina
Escayola, tía de Gardel y Gervasio Netto.
Es por esos días
que adquiere el terreno de la hoy calle Pablo Podestá en Carrasco donde
funciona el centro de recuperación para discapacitados, conocido como
De esos días se
conservan los registros gráficos de Carlos y una barra de amigos (su apoderado
Perico Bernat, Bonapelch, Bergara, el empresario artístico del Teatro Artigas)
tomados por el fotógrafo Rafael Caruso
en la playa
El 7 de noviembre
parte desde Buenos Aires hacia Europa en el Conte Biancamano para ya no
retornar con vida.
Lo que antecede es
una muy apretada síntesis de las actuaciones públicas de Carlos Gardel en su
patria, el Uruguay. Su actividad artística estuvo permanentemente matizada con
las infaltables “peñas” y reuniones con sus amigos compatriotas, algunos,
viejos amigos de aquellos días de bohemia juvenil y de azarosa existencia,
otros, personajes que se fueron agregando a su grupo de allegados y con quienes
llegó a intimar. Entre sus amistades mas conocidas del ambiente artístico de
nuestro país se cuentan “El Gordo” Roberto Aubriot, autor de As de Cartón, y
también quienes lo acompañaron en la autoría del tango Quimera, “Chichilo”
Viapiana y “El Negro” González Prado. “Bebón” Blixen , los hermanos Collazo,
“El Loro” y Juan Antonio; el cieguito Bicain, Perico Bernat, amigo de la
infancia, son nombres que fueron queridos para Carlos . La lista es extensa y no
es propósito de este artículo abundar en detalles.
Si bien el estilo
propagandístico de la época no tenía semejanza con el actual en cuanto a la divulgación
de detalles amatorios de los artistas con el desparpajo y la falta de recato que son moneda corriente de
nuestros días, son muy conocidas las múltiples relaciones sentimentales que
Gardel sostuvo a lo largo de su vida. Estas han sido enumeradas por “Avlis”,
Paysse, Bayardo y otros investigadores, quienes recorren la agenda sentimental
de El Mago, desde sus primeras noviecitas juveniles hasta las relaciones
sentimentales mas serias de su madurez, donde tal vez Mona Maris pudo haber
marcado el final
No obstante fue
notoria su incapacidad para establecer lazos de amor permanentes. Se le conocía
la predilección por mujeres del ambiente prostibulario o de alterne y en
particular jovencitas.
En Montevideo
fueron notorias sus incursiones por el “bajo” de la calle Yebal. Se ha sugerido
que la búsqueda de la madre niña pudo haber influido en su incapacidad de
entrega para establecer lazos amatorios permanentes. La relación mas conocida
es la que mantuvo durante años con Isabel del Valle a quién le llevaba mas de
20 años y la había conocida cuando ella tenía 14.
En el Uruguay se
le conoció un romance con una tal Teresita. Puede haber sido el personaje del
relato de Raúl Zaffaroni citado por Bayardo en su “Vida y Milagros de Carlos Gardel””:..a veces en verano, se veía pasar
en silencio y muy lentamente, una pareja. Siempre callados. Ella rompiendo la
tardecita, ostentosa ropa, sofisticada mina; él moderado, discreto, gacho gris
arrabalero... era la única oportunidad en que aquél fútbol incipiente y pujante
hacía buena letra; se detenía, esperaba con respeto y admiración a que pasaran.
La pareja cruzaba y hasta que no llegara a la esquina, el juego no se
reiniciaba. Canchero, con parsimonia, muy seguro de sí, con su aureola a
cuestas, Carlos Gardel pasaba. Frente a la capilla San José, por las dudas ,
Gardel tenía su bulín mistongo”. Zaffaroni se refiere a la calle Roque Graseras y Juan María Pérez.
¡Vaya casualidad!, pocos años después el autor de esta nota también rompería
botines sobre los mismos adoquines y asistiría a clase en el colegio que supo
estar precisamente frente a la capillita mencionada.
Dice el Dr.
Eduardo Paysse González, en su libro “Gardel:
Artista, Mito y Hombre” : Gardel amó a muchas mujeres, pero quizás no amó
realmente a ninguna con la plena entrega y con la incondicionalidad que
requería de ellas para entablar una definitiva relación de pareja, que él mismo
era incapaz de brindar. Incapacidad derivada no de un egoísmo esencial - que había sido en cambio, presencia
permanente en las relaciones sentimentales y conyugales de su padre, Carlos
Escayola - , sino porque nunca encontró a la amante única, irrepetible, que ese
padre le ocultó desde su propio nacer y para siempre.
Llegamos al final
de lo que pretendió ser una breve cronología de la vida de Gardel en su patria
de origen, el Uruguay, en la que además hemos comentado episodios necesarios
para comprender la personalidad del artista. Al final de este viaje es preciso
resaltar la formidable condición humana de quién alcanzó la estatura de cantor
popular mas grande de todos los tiempos, transformándose en un arquetipo
humano, espejo y paradigma de varias generaciones de rioplatenses y conservando
aún hoy a 64 años de su muerte la magia de su arte que se agranda en el
decantar del tiempo. Se ha escrito mucho sobre la genialidad de su arte y de su
privilegiada voz. Quizás no se haya escrito tanto acerca de lo que creemos mas
importante para explicar el fenómeno Gardel. Esto es, que mas allá del perfecto
instrumento que fue su garganta, está lo
que no es el milagro físico del instrumento. Es el milagro esencialmente
humano, forjado a lo largo del camino con el dolor y la miseria del comienzo,
la desesperanza, la desorientación y la búsqueda de las raíces, el anhelo del
encuentro y tal vez también de ese final que sucedió para que fuera el
principio de lo que es Gardel.
Mario Azzarini Scoseria nació en Montevideo el 18 de julio de 1937. Hijo del Arquitecto Horacio Azzarini y nieto del médico José Scoseria, Mario tomó contacto con el Montevideo rural desde niño. Ingeniero Agrónomo, egresado de la Universidad de la República Oriental del Uruguay en 1965. En 1967 obtiene el título Master of Science (Animal Science) en la Universidad de Wyoming, Estados Unidos.
Desempeñó
diversos cargos de importancia entre los que se destacan: Docente de la
Facultad de Agronomía (Cátedra Ovinos) desde 1963 a 1973; consultor IICA para
Embrapa (Brasil, 1980); consultor de FAO para Consulta de Expertos sobre
Reproducción en ovinos en América Latina y el Caribe (Bolivia, 1992); entre
1974 y 2004 se desempeñó como técnico investigador en el Secretariado Uruguayo
de la Lana, trabajando básicamente en el área de reproducción y producción de
carne.
Azzarini
también participó de proyectos de investigación y desarrollo en los últimos
años de su actividad profesional; cuenta con varias publicaciones sobre temas
de interés agrícola y ganadero y realizó numerosos viajes a distintas partes
del mundo por motivo de su profesión. En forma paralela, desarrolló su vocación
de poeta y escritor de cuentos basados en la vida rural uruguaya.
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